EL EXCURSIONISMO COMO PRÁCTICA DEPORTIVA Y ESTILO DE VIDA.
¿Qué es el trekking?
Te propongo un desafío: salí una tarde a pasear por el campo, a las afueras de tu pueblo o ciudad. Respira aire puro, admira la naturaleza, contempla la belleza a tu alrededor, y proponete conocer más. Es el primer paso de tu camino hacia el trekking.
Se trata de una disciplina que te desafía a explorar tus propios límites con la recompensa de descubrir lugares asombrosos. Trekking es la denominación internacional que reciben las caminatas largas que discurren por entornos naturales. Su significado más adecuado, traducido al español, es excursionismo. Es un anglicismo que proviene de “trek”, un término surgido en Sudáfrica en la Colonia Británica del Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica con el Gran Trek o Migración holandesa cuando debió abandonar la ciudad ante el avance ingles.
La palabra trekking no comenzó a usarse hasta los años 80 en el Himalaya haciendo referencia a las caminatas que llevaban a los alpinistas hasta la base de las ascensiones.
El trekking es un deporte en el que no siempre se garantizan las medidas de seguridad y debes estar en forma y tener unas nociones mínimas de supervivencia para desenvolverte bien ahí fuera.
Beneficios del trekking.
- Mejora la condición física: caminar, escalar rocas, subir colinas… todo ello le da a nuestro cuerpo un eficaz entrenamiento, mejora nuestra fuerza y agilidad.
- Favorece el corazón: la práctica regular de trekking puede aumentar la fuerza cardiovascular, ya que el corazón debe bombear con más fuerza para mantener el nivel de actividad.
- Reduce la obesidad: es una de las mejores formas de perder peso de forma saludable. Se queman unas 100 calorías por cada 1,5 kilómetros recorridos.
- Disminuye la ansiedad: andar a pie (sea cual sea el ritmo) libera adrenalina, hace segregar endorfinas y reduce la tensión y ansiedad.
¿Qué tener en cuenta antes de hacer excursionismo?
- Calzado apropiado: elegir un buen calzado es fundamental porque nada arruina más una ruta que problemas en los pies. Para caminatas largas, con cargas más pesadas o terrenos técnicos, las botas ofrecen más apoyo y sujeción que las zapatillas.
- Mapa y brújula o GPS: un mapa y una brújula no solo nos ayudan a indicar dónde nos encontramos, sino que también nos pueden ayudar a encontrar los sitios en los que podemos acampar o encontrar agua.
- Agua extra: sin suficiente agua los músculos y órganos de nuestro cuerpo no funcionan correctamente. Consumir poca agua, además de hacer que tengamos más sed, también aumenta el riesgo de hipotermia y mal de altura.
- Tentempiés: cualquier imprevisto (perdernos, una lesión, un terreno más difícil de lo esperado) puede aumentar el tiempo previsto de ruta. Llevar comida de más (bocadillos, frutos secos, fruta) nos ayudará a mantener la energía necesaria.
- Ropa de lluvia: vestirse con capas permitirá adaptarnos a los cambios de tiempo y los niveles de actividad. Una regla básica es evitar la ropa de algodón porque mantiene la humedad cerca de la piel.
- Botiquín de primeros auxilios: antihistamínicos, analgésicos; vendajes adhesivos de distintos tamaños; gasa estéril; gel desinfectante a base de alcohol; pinzas, ungüento antiséptico; crema de cortisona para picaduras son algunos de los imprescindibles.
- Protector solar y gafas de sol: especialmente en zonas con nieve, donde es más fácil que nos quememos.
- Mochila: debemos elegir la que más se adapte a nuestro cuerpo y del tamaño que nos permita llevarla a cuestas sin exceso de peso. Es preferible optar por una que tenga muchos bolsillos de distintos tamaños.
- Saco de dormir: cuanto más ligero, mejor.
- Linterna: puede ser la gran olvidada. Pero es esencial, sobre todo cuando llega la noche y tenemos que realizar varias tareas a la vez.
- Bastones: los palos para caminar nos protegen las rodillas, facilitan el ascenso y nos dan mayor estabilidad.
En resumen amigos, "Lo mejor de la ruta no es el final, sino el trayecto". A disfrutar del paseo.