EL GALLEGOS. EPISODIO 15 TRACK A
El Río Gallegos sobresale por disponer de zonas públicas. Su caudal varía en el año dependiendo de las precipitaciones y de las crecidas que produce el deshielo de sus afluentes cordilleranos.
Carecer de lagos en sus cabeceras y un extenso recorrido, sometido a los rudos caprichos de la estepa, le otorgan niveles de agua y temperaturas muy cambiantes.
Su alimentación es principalmente nival, y la presencia de humedales a lo largo de su valle constituyen reservorios muy valiosos en períodos secos, cuando su caudal cae por debajo de lo normal.
El Gallegos responde a un patrón típico de llanura: meandroso, con orillas alternadas por barrancas y abundantes sectores muy playos de escasa correntada. Con regularidad irrumpe en profundos pozos de agua, donde los pescadores deportivos intentan obtener un ejemplar de trucha marina.
Sus aguas color té presentan una visibilidad aceptable, que se torna máxima al final de la temporada. Rodeado por la aridez de la estepa, carece de árboles o arbustos ribereños.
En su desembocadura se une al Río Chico en forma de estuario macromareal, es decir que la amplitud de mareas es mayor a 4 m, con máximas de 13 m. El límite interno se encuentra al oeste del puente de la Ruta Nacional 3 en el paraje Güer Aike.